16/12/19

Conociendo a Fidel Galbán


Fidel Galbán del Val, actor y narrador, ha vuelto a los escenarios a todo tren este año. Un tren cargado de dulzura, buen hacer, cariño y profesionalidad. En marzo se unió a Tagoral y, además, ha formado parte de casi todas las programaciones de narración oral de la isla en 2019.  Si no me equivoco, esto no había sucedido antes (un narrador siendo programado en todos los Festivales de Tenerife un mismo año), y he querido hacerle esta breve entrevista para conocerle mejor.

Fidel,  para comenzar, ¿cómo podrías presentarte para que sepamos algo más de ti? 

Me llamo Fidel Galbán del Val y nací en Cuba, hace de eso 48 años ya, en un bohemio y vetusto pueblo con donaires de ciudad, ubicado justamente en el centro y norte del archipiélago: San Juan de Los Remedios.
Mi padre, Fidel Galbán Ramírez, era poeta, dramaturgo y director teatral de una de las más importantes compañías de teatro para niños y jóvenes del país que había sido fundada por él y por otros tantos remedianos, amantes de las artes escénicas, en 1967. Una de ellos, era también mi madre, Maritza Fara del Val Morales. Y allí crecí, jugando entre bambalinas, retablos y atrezzos, observando y aprendiendo cómo se hacía la magia desde una perspectiva diferente, desde la perspectiva de los magos y a veces también dejándome engañar para disfrutar como un espectador más, una y otra vez con las mismas historias que veía repetir hasta la extenuación en los ensayos de cada día. Allí conocí los títeres que fueron, en tiempos de escasez, juguetes mágicos y estimulantes y a los nueve años conté mi primer cuento frente al público a través de uno de ellos. Aprendí a construirlos y a dotarlos de aliento humano y ya, desde entonces, ellos y el teatro, formaron parte indisoluble de mi vida.

¿Quién es El Vagamundos?

El Vagamundos es un personaje desde el que puedo contar mis historias para escucharlas siempre como si fuera la primera vez; para no repetirlas sin emoción y para que cada actuación, cada sesión, sea diferente y única. El Vagamundos carga lo mejor de mí, es apasionado, empático, jacarandoso, pero a veces también irónico y mordaz. Es el viajero que quiero ser, el excelente músico que no soy, el poeta que me habita, el orador que vigila y controla mi lengua para adaptar lo que digo al público justo y en el momento adecuado.

Este año has sido programado en los cuatro Festivales de Cuentos que se llevan a cabo en Tenerife; por orden de fecha, “Festival Encuentracuentos” en SC de Tenerife, “Verano de Cuento” de El Sauzal, “Noche de los Cuentos” en La Laguna y el “Festival Internacional del Cuento de Los Silos”. 
También has sido programado en todos los ciclos estables de Narración Oral y algunas programaciones en Bibliotecas. Después de haber estado un tiempo alejado de la Narración, ¿cómo vives este regreso?

Tras cinco años en los que por razones familiares y personales estuve totalmente alejado del escenario, de mi espacio natural, volver ha sido una fiesta. La energía que acumulé durante ese tiempo la noto aún en cada actuación, ahora valoro mucho más la bendita suerte de poder hacer lo que me gusta. El festival Encuentracuentos, que organiza Fabulans, me abrió las puertas y lo disfruté como al primer helado del verano, de un verano que tardó cinco años en llegar. El festival Verano de Cuentos me dio la alegría y el premio de poder contar para adultos y para un público ávido de historias. Era algo que, particularmente, me hacía mucha ilusión. Teatrofia ha hecho un trabajo maravilloso durante 20 ediciones y ya recogen el fruto cada año. El festival La Noche de los Cuentos, fue un descubrimiento, una muy grata sorpresa. Más de mil personas lo visitan con el único y hermoso propósito de escuchar a los narradores. No puedo ni siquiera imaginar, el esfuerzo que le ha llevado a Troysteatro organizar y mantener algo así durante 27 años. El Festival Internacional de Los Silos, es el parnaso del cuento. 24 años y el andamio de toda una ciudad dedicada y entregada por y para el festival y miles de personas buscando su historia por las calles adoquinadas y engalanadas de palabras. Ernesto Abad y su equipo han construido una utopía. Haber estado invitado en todos ellos, ha sido un privilegio y un regalo.

¿Qué significa para ti ser narrador? ¿Qué crees que aporta a tu narrador oral el hecho de venir del mundo del teatro? ¿Y el uso de la música en tus sesiones?

Conocí la narración oral a través de Francisco Garzón Céspedes, de Teatrova y de varios actores que hacían, de manera puntual o como parte de una estética teatral, espectáculos basados en cuentos. La retroalimentación entre el teatro y la narración oral, era enriquecedora y me cautivó. Nunca he encontrado entre ellos, puntos de conflicto; por el contrario, solo hayo puntos de contacto. Lo que se dice: un buen feedback (el anglicismo de moda).

Mis primeros trabajos profesionales como narrador los hice en la televisión cubana, en un programa que producía artísticamente nuestra compañía y que estaba dedicado al público infantil: “Piñata de sueños”. Allí comencé a contar mis propias historias pues además de actor del programa también colaboraba como guionista. Este proyecto continuó años más tarde en televisión española con la producción del programa infantil El Clan de los Titirimúsicos. La música y el cuento siempre estuvieron presente en la estética y en el estilo de la compañía. Allí aprendí que cada historia, por insignificante que fuera, puede convertirse en una pequeña gran obra de arte. Aprendí a descubrir y a explotar la dramaturgia de los cuentos, a ver cada narración desde la óptica del espectáculo, a disfrutar de su ritmo, su tono, a crear analogías que me ayudan a hacer crecer artísticamente las historias y a enriquecer la mirada del espectador y la mía propia.

La música, por otro lado, es una herramienta muy eficaz que me permite tenderle trampas al espectador. Es un excelente canalizador de vibraciones. Cuando llegas a un sesión, todos están vibrando en un tempo y en un tono diferente. Cada uno con sus propias realidades, problemas y expectativas. La música es un embudo que recoge casi toda esa vibración y la unifica, la conduce a donde quieras llevarla y entonces, todo es más fácil, todo fluye mejor.

Ya sea como actor o narrador, como escritor o compositor, siempre he tenido la necesidad de contar historias. Intento usar todas las herramientas que tengo y las que me procuro, para que ellas lleguen al final de su viaje y se queden allí todo el tiempo que puedan.

¿Qué ha significado formar parte de la Asociación Tagoral?

Encontré Tagoral gracias a Antonio Conejo, su actual presidente. Él descubrió mi inquietud y me puso en el camino y aquí hallé un espacio que hacía mucho tiempo andaba buscando. Una familia de gente que ama el cuento, la literatura y los libros. Una colmena que trabaja por y para la palabra y que ha dado cobijo, manta y fuego a mi trabajo. En gran medida, mucho de lo que he conseguido este año, se lo debo a Tagoral.

¿Cuáles son tus planes para el año 2020 a nivel artístico?

2020 se me viene con muchas expectativas y mucho trabajo. Tengo un bonito proyecto con Isabel Bolívar que me hace mucha ilusión. Estoy invitado al festival “Un Vallehermoso de cuentos” en febrero y al festival “Érase” en los Realejos en Abril. También tengo un proyecto con la compañía Morfema Teatro y seguiré trabajando con el cabildo de Tenerife en “Teatro en la Escuela” proyecto que comenzó a materializarse en noviembre de este año y que en mi caso se extenderá hasta abril de 2020.

Estupendo, Fidel, muchísimas gracias. Despedir los CUADERNOS DE NARRACIÓN sabiendo un poco más sobre ti ha sido estupendo. Te deseo un 2020 lleno de buen trabajo, buena música y muchos sueños por cumplir. 


Entrevista realizada por Laura Escuela

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